Hablemos acerca de aquello que podría ser mejor
Resolver problemas interesantes es la mejor actividad en la que podemos involucrarnos; esa es la fuente de donde se ha originado lo mejor de nuestra sociedad, de nuestra cultura.
El primer paso para resolver problemas interesantes es colocar tales problemas sobre la palestra; es decir, tener la voluntad y la pasión de hablar acerca de aquello que podría ser mejor antes de poder saber exactamente qué hacer para mejorarlo.
Somos capaces de percibir estos problemas. De hecho, todo el mundo puede percatarse de cualquier situación problemática existente. Sin embargo; estos problemas son fáciles de ignorar si nosotros los vemos con el afán de hallar una solución rápida e instantánea. Irónicamente, la paciencia y la empatía —virtudes que nos pueden definir como la clase de personas que deseamos ser— se encuentran del otro lado de la acera y poco o nada tienen que ver con soluciones rápidas e instantáneas.
Con frecuencia quedamos atrapados en el viejo paradigma que nos hace creer que necesitamos:
- Certezas.
- Respuestas inmediatas.
- Garantías.
Si tú quieres esas tres cosas en todo lo que haces, entonces estás perdiendo el camino. La búsqueda por obtener resultados certeros, garantizados e inmediatos casi siempre socava la creatividad que tanto ansías desarrollar.
Esto se debe a que la creatividad es un paso ineludible en el camino de “mejorar aquello que podría ser mejor”.
Con base en nuestra experiencia llevando a cabo, desde ProfesionalesAQUÍ, programas de capacitación para emprendedores durante más de 10 años, hemos podido evidenciar la cada vez más urgente necesidad del desarrollo de la creatividad.
La web y las redes sociales se hallan plagadas de promesas fáciles y simples patrones de conducta del tipo “pedir y obtener”. Todo ello constituye la antítesis de la creatividad. El contenido que consumimos a diario nos condiciona para convertirnos en esclavos u obreros sin paga que sostienen un sistema diseñado para hacernos sentir autocompasión, estar constantemente urgidos, con prisa, un sistema que nos conduce a preocuparnos únicamente por lo superficial.
Pues bien, ese sistema no es el lugar en donde se forja la creatividad y tampoco puede ser considerado como un objetivo en el cual se pueda concentrar la fuerza creativa.
Tanto las oportunidades como la responsabilidad de aprovecharlas se encuentran disponibles para todo aquel que las desee. Y ese “aquel” podría ser cualquiera de nosotros.
Ver el mundo tal cual es; ofrecer soluciones dignas y realistas a las personas; elegir marcar la diferencia… nada de esto puede ser considerado fácil y rápido, pero es un camino que estamos dispuestos a transitar.
Y tú… ¿estás dispuesto/a?
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