El poder del lado oscuro
Cada individuo es único. A pesar de que todos coexistimos en una misma sociedad, es innegable el hecho de que cada persona habita en una realidad diferente: la combinación de sus pensamientos, sentimientos, experiencias y deseos es irrepetible. De ahí viene la famosa expresión «cada cabeza es un mundo».
No obstante, nos han enseñado —desde pequeños— ciertos paradigmas, patrones y hábitos que debemos seguir para alcanzar el éxito en la vida. Pero, dado que toda regla tiene su excepción, son innumerables los casos de hombres y mujeres que han llegado a la cima siguiendo métodos poco ortodoxos que se distancian —llegando incluso a oponerse radicalmente— de lo socialmente aceptado.
Entre los factores que nos hacen únicos, hallamos la firma emocional: esas emociones (con las que nos conectamos con mayor frecuencia) que pasan a formar parte de nuestra personalidad.
Al respecto, un grupo de investigadores de la Universidad de Essex (Reino Unido), en un estudio publicado en la revista “Journal of Personality and Social Psychology”, identificó a un cierto número de emociones negativas que pueden impulsarnos a alcanzar el éxito (aunque con algunas consecuencias)
De este estudio, podemos destacar que la ansiedad y la rabia pueden ayudarnos a lograr nuestras metas. En general, nos hacen ser más productivos que la diversión y la relajación, por ejemplo.
Esto se debe a que son emociones energizantes, nos dan impulso para salir de nuestra zona de confort haciéndonos poner “manos a la obra” en los asuntos que tengamos en mente.
Si bien es cierto que la ansiedad y la rabia son una fuente de motivación, no todo es color de rosas. Experimentar estas emociones nos priva del pensamiento estratégico. Además, genera afectaciones de salud por causa del estrés (dolores de cabeza, de espalda, insomnio, náuseas, entre otros)
Afortunadamente, su contraparte también nos es de utilidad. Emociones como la alegría y la esperanza también nos energizan. Sin mencionar que son beneficiosas para la salud, con efectos positivos a largo plazo.
No podemos negar que la ansiedad y la rabia están a la orden del día. Son emociones muy fáciles de experimentar (basta con toparnos con un conductor inepto mientras manejamos nuestro coche por la carretera para andar todo el resto del día con mal humor). Sin embargo, si logramos desarrollar la inteligencia emocional, podremos controlar los pensamientos para emplear emociones positivas como combustible en nuestro camino al éxito.
De todas las emociones, el estudio afirma que la más poderosa es la esperanza, ya que nos lleva al disfrute del aprendizaje, el deseo de éxito y el orgullo por los logros. «Aunque el modelo pueda parecer abstracto a primera vista, el estudio muestra cómo las emociones de éxito se relacionan con aspectos fundamentales de nuestras vidas y pueden definir nuestro rendimiento en entrevistas de trabajo, exámenes y otras situaciones estresantes», destaca el director del estudio, el catedrático Reinhard Pekrun, del Departamento de Psicología de Essex.
Así que ya lo sabes, es posible conocer a personas exitosas en ciertos ámbitos que estén acostumbradas a vivir en constante enojo y ansiedad. Es posible afirmar que llegaron a la cima por ser de “carácter fuerte”. No obstante, aprendimos también que la alegría y —sobre todo— la esperanza son mucho más energizantes y poderosas, con el plus de que nos ayudarán a disfrutar del camino y gozar los éxitos con buen humor (sin convertirnos en cascarrabias durante el proceso)
En tus manos están los dos caminos, toma una buena decisión… ¡y evita tomar el lado oscuro!